Presentar el reto actual que enfrentan los supervisores del siglo XXI, que demanda mayor participación y relaciones personales, como líderes modelos, basando su capacidad e influencia en el poder del conocimiento más que en la imposición, caracterizados por una mayor conciencia ética, sirviendo de agentes motivadores para los supervisados.


Establece, de manera reflexiva, cómo construir cualidades adecuadas de supervisor, a lo largo de la trayectoria profesional, a través de los valores. Concientizadas en las propias acciones, las competencias, características y actitudes que definen el perfil adecuado del supervisor del siglo XXI. De ahí, la importancia de que los supervisores realicen su mayor esfuerzo por mantener los valores y conductas éticas, tanto dentro como fuera de la institución a la que prestan servicios profesionales.